—Estan en todo el mundo lados —dijo Sarita.
Yo le hacia senas con la mano con el fin de que se moviera porque venia un camion excesivamente pronto. Aunque el menudo inmundo seguia mirando de arriba, mirandome a mi asi como al balcon, sonriendo, los dientes mugrientos y no ha transpirado chiquitos. Y el camion lo atropellaba asi como yo no podia evitar ver como la llanta le reventaba el vientre igual que si fuese la pelota de futbol asi como arrastraba las intestinos hasta la esquina. En el medio sobre la calle quedaba la testa de el pequeno inmundo, todavia sonriente y con las ojos abiertos.
Me desperte transpirada, temblando. Desde la avenida llegaba una cumbia sonolienta. De a poco, volvian determinados sonidos del barrio, las peleas sobre borrachos, la musica, las motos con el cano de escape suelto para que hiciera ruido, un predilecto de las jivenes. Continue reading “Esos segundos sobre dificultad me alcanzaron de impedirle el paso, pararme frente a la novia, obligarla a hablar”